LECTURA DE ESTUDIO PARA CONSEGUIR UN CONOCIMIENTO MÀS CIENTÌFICO DESDE LAS AULAS VIRTUALES PARA 2º SECUNDARIA
Haciendo uso de la lectura informativa
para activar la memoria con la técnica del subrayado y
anote haciendo esquemas resúmenes con atención y concentración.
El Renacimiento y el
Humanismo
Introducción
La
edad media no acabó de forma repentina para los siglos XIV y XV; una de las más
significativas rupturas con la tradición medieval se encuentra en el campo de
la historia, con las obras de Leonardo Bruno, Nicolás Maquiavelo, Francesco
Guicciardini y Jean Bodin (Bodino); que la convirtieron más en una rama de la
literatura que de la teología, al estudiarse el pasado humano desde un punto de
vista secular.
Una
nueva visión de la Historia
y el Humanismo
Trataron
de explicarse los acontecimientos de su tiempo con una actitud crítica hacia
las antiguas fuentes históricas medievales cristianas, que los habían enmarcado
dentro de un conjunto de etapas marcadas por el discurso religioso
judeocristiano, que rigurosamente se iniciaba con la creación bíblica del
mundo, seguida por el surgimiento de Jesús de Nazaret y el desarrollo de la Iglesia Católica , para terminar
con el fin del mundo y de la humanidad, anunciado en el Juicio Final marcado en
la Biblia.
La
nueva visión de la historia que se ofrecía entonces, constaba de tres partes:
se iniciaba con la antigüedad, exaltándose el mundo pagano griego y romano,
considerado como una época clásica; se continuaba con la edad media,
considerada como una etapa ignorante y bárbara que, una vez superada, daba
lugar a una edad de oro, o de renacimiento; mientras que la época que acababa
de iniciarse se proclamaba como el momento de la luz y de regreso al clasicismo
de la antigüedad, donde el modelo a seguir, en toda la actividad cultural, era
la preocupación por el ser humano, motivo por el cual muchos pensadores renacentistas
recibieron el nombre de humanistas.
Así, se desarrolló un gran interés por la
antigüedad grecolatina, con una intensa y fructífera búsqueda de manuscritos
clásicos, que condujo al redescubrimiento de obras como los Diálogos de Platón, la obra histórica
de Heródoto y Tucídides, además de existir un renovado interés por las obras de
los poetas y dramaturgos griegos, que se estimaron por sus propios valores y no
como elementos para embellecer y justificar la civilización cristiana, como
había sucedido anteriormente. El renovado interés por el estudio de la
literatura, historia y filosofía de la antigüedad grecolatina, si bien a veces
condujo a una imitación de los clásicos, tenía por objetivo crear ciudadanos
libres y civilizados, con gusto y juicio, más que sacerdotes y monjes
disciplinados en una corriente de pensamiento religioso. Esto se vio
fortalecido por el estudio de la lengua griega, enseñada en Florencia, Ferrara
y Milán en los siglos XV y XVI, gracias a la emigración de pensadores bizantinos,
tras la conquista de Bizancio por los turcos, en 1453.
Estos
estudios fueron fomentados y apoyados económicamente por grandes familias de
mercaderes, banqueros y nuevos políticos, mercenarios o condotieri, que se
habían hecho a partir de su propio esfuerzo en las ciudades-estado de la Península Italiana ,
los cuales serían las líderes en el nuevo desarrollo socioeconómico europeo,
como los Medici en Florencia, los Este en Ferrara, los Sforza en Milán, los
Gonzaga en Mantua, los duques de Urbino, los dogos en Venecia y el papado en
Roma. La perfección del cuerpo humano mediante el entrenamiento físico y el
hacer, ideal que raramente se conoció en la edad media, se convirtió en uno de
los objetivos de la educación renacentista.
El
papel de la imprenta
Uno
de los elementos más importantes que permitió la difusión de la cultura y el
pensamiento, fue la invención de la imprenta y el perfeccionamiento de la
fabricación de papel. Juan Gutenberg (1397-1468), ciudadano de Maguncia (la
ciudad alemana de Meinz), quien imprimía grabados y estampas utilizando la
técnica de las incisiones en madera, sistema que se utilizaba para dibujos y
algunas inscripciones muy reducidas, ideó la utilización de los tipos de
impresión sueltos, que correspondían a cada letra o elemento de la impresión,
con el apoyo financiero del banquero Johann Fust (1400?-1466); posteriormente,
para su elaboración se utilizaría plomo y, más adelante, una mezcla de
antimonio, plomo y estaño, que permitió fundir los primeros tipos móviles de
las nuevas imprentas.
El primer libro impreso
en Maguncia fue la Biblia ,
en 1450, generalizándose el uso de la imprenta por casi toda Europa, que fue
perfeccionada por Aldo Manuzio (1450-1515) en Venecia y por Christoffel Plantin (1520-1589) en Amberes, quienes perfeccionaron
el nuevo invento y multiplicaron la difusión de libros en Europa. Tanto la
fabricación de papel, como el desarrollo de la imprenta, consiguieron impulsar
una mayor difusión de la cultura, al multiplicar el número de lectores y de
autores; lo que serviría para impulsar el movimiento reformista de la Iglesia Católica , como una
corriente renovadora del pensamiento europeo, que daría lugar a la Reforma Religiosa , en donde la
autoridad papal, y la disciplina eclesiástica que le acompañaba, se transformarían
de forma notable.
El
derecho y la política humanistas
En
el terreno político los estudiosos renacentistas rechazaron, pero no lograron
anular, la propuesta medieval de que el objetivo fundamental de la vida
política consistía en la preservación de la justicia y del derecho feudal,
apuntalado mediante la escolástica cristiana, al aseverar que la misión central
del gobernante era mantener la seguridad y la paz; idea acorde con el
desarrollo político de la época, de consolidación de los soberanos absolutistas
en Francia, Inglaterra y España, desarrollándose corrientes teóricas que
tendieron a sustituir el abstracto método escolástico de los juristas
medievales, por una interpretación filológica e histórica de las fuentes del
antiguo derecho romano.
Así,
Nicolás Maquiavelo (1469-1527), sostenía que la fuerza creativa del gobernante (virtú), era la clave para el
bienestar de sus súbditos, por lo que era fundamental el mantenimiento de su
propio poder sobre la sociedad. Esta tendencia hacia el fortalecimiento político,
social y económico del Estado, y de los propios gobernantes, quienes
monopolizaron el poder, condujo a la disminución del poder señorial, apoyándose
en la burguesía y permitió sujetar bajo su control a las fuerzas económicas de
artesanos, comerciantes y banqueros, al fijar un aparato administrativo en la
forma de una corte de funcionarios y organismos de gobierno, imponer impuestos
para sufragar los gastos nacionales, intervenir en las transacciones
comerciales y establecer mecanismos de
emisión de moneda.
La
reestructuración del conocimiento
Por
otra parte, debido al expansionismo turco sobre los restos del Imperio
Bizantino, también se influyó en la transformación del pensamiento, al
incorporarse a occidente pensadores bizantinos desterrados de Constantinopla,
que aportarían los descubrimientos del pensamiento musulmán, más avanzados que
los cristianos del Medioevo europeo, además de difundir las obras greco-latinas
que habían sido rescatadas y conservadas en oriente.
La
revolución científica del siglo XVII sería estimulada por científicos como
Roger Bacón (1214-1294), que impulsaría los estudios empíricos como fuente del
conocimiento, lo que daría lugar al moderno método científico, al estar familiarizado con los avances
científicos y filosóficos del mundo musulmán; como defensor del empirismo,
sugirió a sus contemporáneos el aprender otras lenguas, ya que el conocimiento
de su época estaba afectado por malas traducciones y dudosas interpretaciones.
La
ruptura fundamental con la ideología religiosa medieval, que planteaba la
existencia de un cosmos cerrado y jerarquizado, con el ser humano como centro,
rodeado por un universo homogéneo finito, fue rebatido por Nicolás Copérnico
(1473-1543), canónigo, médico polaco y constructor del primer telescopio, quien
sugirió, con base en observaciones astronómicas, una teoría heliocéntrica;
según la cual, los cuerpos celestes giran alrededor del Sol; teoría que fue
considerada contraria a la escolástica vigente, ya que ubicaba al ser humano,
fundamental obra divina, en una posición secundaria en el universo.
Sin
embargo, diversos pensadores apoyaron y confirmaron sus propuestas; el danés Tico
Brahe (1546-1601), propuso un sistema astronómico que comparte elementos con la
teoría geocéntrica de Ptolomeo y la teoría heliocéntrica de Copérnico, en donde
el Sol y la Luna
giran alrededor de una Tierra inmóvil, mientras que los planetas Marte, Venus,
Júpiter y Saturno giran alrededor del Sol. La razón para ubicar estática a la Tierra , radicaba en el
hecho que para un observador las estrellas aparentemente permanecen inmóviles,
al no poder ser detectado su movimiento con observaciones visuales directas.
Por
su parte, un colaborador de Brahe, el alemán Juan Kepler (1571-1630), quien
conoció el sistema heliocéntrico por su profesor de matemáticas en la Universidad de
Tubinga, el astrónomo Michael Maestlin, inicialmente intentó demostrar, con
base en la escolástica que establecía la existencia de cinco elementos
clásicos, que las distancias de los planetas al Sol se podían definir por medio
de esferas anidadas sucesivamente al interior de poliedros perfectos; con
Mercurio en la esfera interior y los otros cinco planetas: Venus, Tierra,
Marte, Júpiter y Saturno en el interior de las restantes. Para 1600 logró ser
aceptado como ayudante de Brahe y, a su muerte, tuvo acceso a todas sus
observaciones astronómicas, dándose cuenta que el movimiento real de los
planetas no podía explicarse por su modelo de poliedros perfectos, se dedicó a
probar otras figuras geométricas, para llegar al final a las elipses, lo que le
permitió describir el movimiento de los planetas en 1609, en su obra Astronomía Nova; teoría que quedó
confirmada al predecir satisfactoriamente el tránsito de Venus del año 1631.
El
científico toscano Galileo Galilei (1564-1642) combinó sus capacidades teóricas
de erudito, con las habilidades prácticas del artesano; dominó las técnicas de
construcción y aplicación de las lentes, al fabricar telescopios y logró
determinar la posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste, mediante el
uso de astrolabios; su desarrollo teórico, mediante su dominio del razonamiento
lógico-matemático desarrollado por los griegos y la escolástica medieval, le
permitió desarrollar razonamiento inductivo a partir de información observada y
repetible, que era ordenada bajo conceptos matemáticos, para formular los
principios que regían la caída de los cuerpos, el movimiento de los proyectiles
y las oscilaciones de los péndulos.
En
cuanto al estudio del ser humano y sus patologías, destaca el flamenco Andrés
Vesalio (1514-1564); quien, mediante la observación directa, realizó
disecciones anatómicas que permitieron corregir los errores de la obra del
griego Galeno de Pérgamo (131-201), ampliamente usada en su época, por lo que
se le considera el fundador de la anatomía moderna.
El
español Miguel Servet (1511-1593), descubrió la circulación sanguínea pulmonar;
mientras que el inglés William Harvey (1578-1657), estudió las funciones del
corazón y la circulación sanguínea del cuerpo humano y sus resultados
condujeron a rechazar las ideas de Galeno, que dominaron la medicina europea a
lo largo de más de mil años apoyadas por la escolástica, que identificaba lo
que denominaba sangre venial, de color rojo oscuro, producida en el hígado y
otra producida en el corazón, denominada
arterial, que era más delgada y con brillo.
Como
resultado del contacto con el continente americano y la apertura comercial
hacia el africano y asiático, sus exploraciones y la posterior expansión
europea en estos nuevos territorios, se manifestó un progreso extraordinario en
la Geografía
y la Historia Natural ,
al lograrse un impresionante avance en la cartografía; que se desarrolló a
partir de los limitados mapas del litoral medievales o portulanos, hasta los
grandes mapamundis que buscaban mostrar toda la superficie terrestre, mediante
el procedimiento o sistema de proyección de tipo cilíndrica, inventada por el
belga Gerardus Mercator (1512-1594) en 1569.
El
navegante y piloto Juan de la
Cosa (1450?-1509), diseñaría, durante el siglo XV, el primer
mapa del mundo con los territorios americanos; mientras que el primer atlas se
debe al cosmógrafo mayor de Felipe II, Andrés García Céspedes (¿?-1611);
mientras que los primeros intentos de medir longitudes del globo terráqueo se
deben al cronista de los Reyes Católicos, Alonso de Santa Cruz (1490-1516).
Esta impresionante producción cartográfica, durante los siglos XVI y XVII, se
debe a que el Atlántico fue mayoritariamente surcado por naves portuguesas y
españolas, que fueron también las primeras en iniciar la ruta del Asia; primero
desde el continente europeo, con los viajes de numerosos viajeros y
exploradores lusitanos hacia el África y Asia y, después, por Fernando de
Magallanes y Sebastián Elcano; para lograrse, después, realizar los viajes al
extremo asiático desde las costas americanas del Pacífico, desde Acapulco,
realizadas Miguel López de Legazpi (c. 1503-1572), y Andrés de Urdaneta
(1508-1568), que establecieron las
bases para el comercio regular entre España y Filipinas, la nao de China,
navegando hacia el Occidente.
Si
durante la Edad Media
la idea predominante consistió de una visión encaminada al conocimiento de Dios
y su obra, con una interpretación de la vida como renuncia y preparación para
la muerte y el Juicio Final bíblico, el Renacimiento se orientaría hacia una
exaltación de la figura humana, de la vida terrena, de los conceptos de belleza
greco-latinos y de interés por la
Naturaleza , como marco de desarrollo de la humanidad, en
donde las matemáticas se convierten en el principal auxiliar de un arte,
mediante el uso de la perspectiva y las técnicas del claroscuro, que se
preocupa en fundamentar racionalmente un ideal de belleza.
Por
lo tanto, si durante la
Edad Media el arte se inspiró fundamentalmente en motivos
religiosos, ahora se encontrarían y se buscaría construir modelos sobre las
ideas de los grandes hombres de la antigüedad greco-latina y del presente
renacentista, ya que el ser humano es la medida de todas las cosas existentes,
por lo que se redescubre la belleza del desnudo que había sido severamente
prohibido durante los siglos anteriores, además de un gran interés por el
paisaje como escenario de las acciones humanas, en una producción artística e
intelectual que se basaba en una marcada conciencia histórica nacional e
individual, que era un fenómeno completamente nuevo en la actitud de los
autores.
En
este renovado interés por la antigüedad greco-latina, que se retoma en la
revaloración de sus formas arquitectónicas, en la utilización en las obras
históricas y artísticas de motivos, la incorporación creencias, de temas de la
mitología, de su historia, así como la adopción de elementos simbólicos, que
conforman la idea de un llamado arte clásico, que desarrolla una nueva relación
con la Naturaleza ,
que va unida a una concepción más realista de la ciencia, con la aspiración de
acceder a la verdad; en una era de descubrimientos y conquistas ultramarinas,
marcadas por los viajes portugueses y castellanos que condujeron a establecer
nuevas rutas comerciales transatlánticas hacia el África, el extremo Oriente y
América, que rompería la concepción medieval del mundo, que había sido
fundamentalmente teocéntrica.
En
este cambio social y cultural europeo lo determinante fue el crecimiento
económico, con los primeros desarrollos de una sociedad capitalista de tipo
mercantil, por lo que este movimiento se inició en las florecientes
ciudades-estado de la
Península Italiana en el siglo XIV y se difundió por el resto
del continente europeo durante los siglos XV y XVI; en una época marcada por la
transformación de la fragmentaria sociedad feudal medieval, caracterizada por
una economía básicamente agrícola y una vida cultural e intelectual dominada
por la Iglesia ,
en una sociedad dominada progresivamente por instituciones políticas
centralizadas, con una economía urbana y mercantil, en la que se desarrolló el
mecenazgo de la educación, de las artes y de la música; en una época marcada
por la desintegración de la cristiandad y el desarrollo de las ideas
nacionales, la introducción de la imprenta y la consiguiente difusión de una
nueva tradición cultural fundamentada en una concepción ideal, y reconstruida,
de lo que consideraban había sido la antigüedad greco-latina.
En
esta época los artistas, filósofos e historiadores impulsaron un ideal del ser
humano con valor y personalidad propios, el Humanismo, influenciado por el
saber y el estudio de los modelos de la antigüedad clásica, que es reconstruida
y re conceptualizada como una época ideal, que impulsaba el desarrollo y
preeminencia del individuo sobre la colectividad.
Para
Leonardo da Vinci (1452-1519), excelso pintor, escultor, geómetra, ingeniero,
inventor, naturista y músico, que puede ser considerado como la personalidad
eminentemente renacentista, la acción transformadora del ser humano se
simboliza en el actuar del ojo, símbolo del conocimiento humano, de la
contemplación intelectual y ordenamiento del mundo; por otro lado en la mano,
que es el instrumento del trabajo, símbolo del poder activo y de transformación
del ser humano, mediante el arte y la ciencia.
Los
artistas y humanistas renacentistas se vieron impulsados por una cierta imagen
de la antigüedad greco-latina y estuvieron preocupados por desarrollar el
conocimiento y el hacer práctico, por lo que desarrollaron nuevas técnicas
escultóricas, pictóricas y arquitectónicas, así como musicales, poéticas y
literarias en general, inmersos en una nueva sensibilidad humanística o de
preocupación por el ser humano y su obra.
Entre
sus múltiples autores encontramos en sus inicios, en el humanismo de la Península Italiana
del siglo XIV o quattrocento, a los literatos Dante Alighieri (1265-1321),
Francesco Petrarca (1304-1374) y Giovanni Boccaccio (1313- 1375); a los
pintores Tommaso di ser Giovanni di Mone Cassai, llamado Masaccio (1401-1428),
Guido de Pietro da Mugello, conocido como Fra Angelico (1395-1455), Alessandro
di Mariano di Vanni Filipepi, apodado Sandro Botticelli (1445-1510), Piero De
Benedetto Dei Franceschi, conocido como Piero della Francesca (1416-1492); en
la escultura a Donato di Niccolò di Betto Bardi, llamado Donatello (1386-1466)
y Lorenzo Ghiberti (1378-1455); en la arquitectura a Filippo di Ser Brunellesco
Lippi, conocido como Filippo Brunelleschi (1377-1446) y Leon Battista Alberti
(1404-1472).
Para
el siglo XV, o cinquecento, la pintura en general tiene su periodo de apogeo,
consistente en una técnica con
un acabado estudio de la composición del cuadro, un gran desarrollo de la
perspectiva y la preferencia por la representación anatómica humana y de su
belleza exterior, inspirándose en los artistas clásicos greco-latinos. En
cuanto a los temas, se
prefieren los mitológicos, los retratos y las historias religiosas. Se
abandonan los realces, con pigmentos oscuros de los motivos y los dorados para
los relieves, existiendo una predilección por los lienzos con la adopción, casi
exclusiva, de la pintura al óleo, salvo en los murales al temple y al fresco.
En
el arte renacentista del siglo XVI, o
Cinquecento, fue característica la hegemonía romana, ya que los papas Alejandro
VI, Rodrigo Borja o Borgia (1492-1503); Julio II, Giuliano della Rovere
(1443-1513); León X, Giovanni de Lorenzo di Médeci (1475-1521); Clemente VII,
Julio de Médicis (1478-1532) y Pablo III, Alessandro Farnese o Alejandro
Farnesio (1468-1549), apoyaron el desarrollo de las artes, así como la
investigación de la antigüedad greco-latina; además de verse directamente
involucrados en una época de continuas guerras hegemónicas por el control de
los estados de la
Península Italiana , la supremacía de los estados europeos, el
control del comercio mediterráneo con el Oriente y el del Atlántico, que
condujo al dominio de los territorios americanos y africanos por algunas
potencias europeas.
Mientras
en Florencia y el resto de las ciudades-estado italianas se desarrollaba el
arte del Quattrocento, que involucró el establecimiento de cánones de belleza
tomados de la antigüedad greco-latina y la preocupación por lo secular, se
produjo un fenómeno simultáneo en Flandes, especialmente en las expresiones
pictóricas, que basó su desarrollo en la observación de la vida y la naturaleza
y se encontró muy ligado a la figura de Tomás de Kempis (1380-1470) y la
devotio moderna, que planteaba la búsqueda de lo humano en la propia vida de
Cristo, que anunciaba la larga lucha que representaron las guerras religiosas y
la división del occidente cristiano con la Reforma Religiosa.
En el arte renacentista
flamenco sobresalen pintores con raíces en el arte gótico medieval,
caracterizado por el naturalismo de vívidos colores al óleo, la meticulosidad
de los detalles, la precisión de las texturas y la búsqueda de nuevos sistemas
de representación del espacio tridimensional, utilizando el claroscuro, la
perspectiva y la aplicación de tenues capas de pintura, aplicadas unas sobre otras,
sobre un soporte que consiste de una tabla de madera, con lo que se logra una
reflexión de la luz con el consecuente brillo de la pintura y una sugestión de
profundidad. Sobresalen Jan van Eyck (1390-1441), Roger van der Weyden
(1399-1464), Hugo van der Goes (1440-1482) y Hieronymus Bosch, El Bosco,
(1450-1516).
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